VENTANA DE CINE

 

UNA FAMILIA DE TOKIO

2014, DRAMA, JAPÓN, 146 minutos

DIRECTOR:       YOJI YAMADA
INTERPRETES:    ISAO HASHIZUME (Shukichi Hirayama), KAZUKO YOSHIYUKI (Tomiko), SATOSHI TSUMABUKI (Shuji), YÛ AOI (Noriko), YUI NATSUKAWA (Fumiko), MASAHIKO NISHIMURA (Koichi), TOMOKO NAKAJIMA (Shigeko), SHOZO HAYASHIYA (Kurazo).

Guion: : Yôji Yamada y Emiko Hiramatsu. Producción: Hiroshi Fukazawa. Música: Joe Hisaishi. Fotografía: Masashi Chikamori.

CALIFICACIÓN: 9, preciosa
TEMAS: padres e hijos; ciudad y pueblo; familia, ternura

ARGUMENTO

Un anciano matrimonio viaja desde su pueblo, en una pequeña isla en el norte de Japón, hasta Tokio para visitar a sus tres hijos. El mayor es médico privado y pasa consulta en su casa; la mediana es propietaria de una peluquería y el pequeño vive de pequeños trabajos relacionados con el teatro. Mientras los dos primeros son el orgullo de sus padres, el pequeño parece llevar una vida sin futuro. Un día en que el padre ha quedado con una antiguo amigo, la madre va a pasar el día en casa del hijo pequeño y conoce a su novia, una joven cariñosa y encantadora.     

COMENTARIO

La película adopta el ritmo pausado y sereno de los ancianos, como queriendo decir que son ellos el epicentro de este hermoso relato de senectud plagado de ternura. Desde el principio recuerda a Yasujiro Ozu, al que parece un indudable homenaje, pero en color y adaptada a los tiempos modernos.
La película es como un cuento relatado en voz baja, como una especie de nana que intenta conmover y emocionar pero sin molestar. Así pues hace de la delicadeza, los pequeños detalles y las anécdotas nimias sus protagonistas porque son las tramas que sostienen el tejido de la vida. En ese relato el personaje de la madre se hace grande, gigante, porque ejemplifica todos esos valores: la comprensión, la ternura, la delicadeza, los silencios amables, la agudeza para intuir situaciones y sentimientos…
El contenido del relato está estructurado en dos momentos: uno en Tokio, donde viajan los ancianos para visitar a sus tres hijos desde su remota aldea, en una de las islas del norte del archipiélago. Primero se hospedan, no sin dificultades, en casa del hijo mayor, del que los padres se sienten muy orgullosos porque es médico y pasa consulta en su propia casa. Sin embargo, se darán cuenta de que en realidad vive esclavizado a su trabajo por culpa de unos pacientes caprichosos que requieren su atención en cualquier momento del día o de la noche. La hija, que tiene una peluquería, también parece una mujer de provecho a los ojos de sus padres. Está pensando ampliar el negocio, aunque para eso tenga que vivir sin resuello y siempre al borde del ataque de nervios. Les preocupa el menor de sus hijos. Parece un joven irresponsable, incapaz de mantener un empleo por mucho tiempo y con una vida caótica. Sólo la madre es capaz de percibir el fondo del hijo, quizás sorprendida por la novia, una chica encantadora y sensible, con la que rápidamente empatiza.
Los hijos quieren ser complacientes con sus padres, pero no pueden ocuparse de ellos así que les regalan un fin de semana en uno de los mejores hoteles de la ciudad. Los padres pronto perciben que a sus hijos los ha despersonalizado la ciudad. Demasiado pendientes de sí mismos.
La segunda parte del relato nos traslada hasta la remota aldea de pescadores donde viven los padres y donde la presencia, discreta y servicial, de su hijo pequeño y de la novia termina por ablandar al anciano que valora al fin dónde está la grandeza de corazón.
Preciosa película, sencilla, cristalina y admirable en su pausada narración.

 

            Jesús Riaza